Patrimonio
Atajate como pueblo blanco, de tradición andaluza, presenta las típicas casas de piedra, ladrillo y cal bajo cubiertas de teja árabe, se aglutinan a lo largo de breves calles que van a dar a la calle principal, la cual está jalonada por motivos típicos de Atajate, hechos en piedra como es la vid, y la plaza, donde se encuentra uno de los principales hitos de Atajate, la Cruz de Piedra, una de las construcciones más antiguas del pueblo. Todas las calles están empedradas, son estrechas, arrebujadas las unas contra las otras.
La iglesia fue levantada hacia 1830 con un carácter entre barroco y neoclásico, tres naves sobre pilares y portada de piedra roja. En la construcción de la iglesia participó todo el pueblo, sufragando dinero y participando activamente en su construcción.
El término circundante comparte las bondades paisajísticas del valle del Genal –viñedos, olivares, bosques de castaños, alcornoques y encinas– con la recia geografía de las tierras altas, áreas de pastizales, laderas con matorral y barrancos de roca viva, como el sector del Torcal, al norte de Atajate, un paraje de soberbias formaciones calizas.
Atajate es uno de los llamados pueblos blancos que a través de la A-369 se pueden admirar, tras pasar el Puerto de Encinas Borrachas, se entra en el bajo Genal, donde el primer pueblo que aparece es Atajate, seguido de Benadalid, pueblo conocido por su antigua fortaleza, seguido de Benalauría.
Famoso por su fiesta de Moros y Cristianos, tras él aparece Algatocín, singular silueta la de su torre adornada con azulejos, tras este pueblo nos encontramos con Benarrabá pueblo donde sigue vivo el siglo XVIII con sus casas con pinturas murales, para culminar en Gaucín, pueblo conocido por su fortaleza que es famosa en el mundo entero, con Gibraltar siempre presente.